domingo, 4 de diciembre de 2011

AUXI, EN LA MARATON DE NUEVA YORK

Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.

(A. Machado).-

Primeramente y, por supuesto, lo más importante de todo mis condolencias con muchísimo cariño para mi compañera y amiga Ilde Márquez y a toda su familia en estos duros momentos.



A continuación comentaros brevemente mis sensaciones sobre la experiencia que me ha tocado vivir y disfrutar en los últimos días.

Y llegó el día 6, al que tanto respeto le tenía. Sentía miedo, mucho miedo a defraudar, miedo a tirar por tierra toda la ilusión que tenía en ésta, mi primera maratón, miedo a..., yo que sé..., era algo inexplicable; así que sin apenas pegar ojo aquella noche me levanté a las 4 h (10 h. Española) y me puse a chatear con mis hijas, que se empeñaban en darme ánimos; me vestí y me coloqué todo el repertorio de accesorios que había preparado. Mientras J. Carlos me miraba, lleno de ilusión y, quizás, también de miedo; me iba recordando las cosas que debía llevarme en la bolsa del corredor, continuaba repitiéndome que disfrutara, que bebiera...(no sabéis lo que me acordé de él y de algunos más sobre el Km 7 aproximadamente).


A las 5 y cuarto nos recoge un autobús para llevarnos a la salida y, muy sorprendentemente, no estaba nerviosa; me sentía extraña pues no me acompañaba mi acompañante fiel de carrera, al que eché mucho de menos durante la misma.


Pasaron las horas y después de cumplir con diversos protocolos de carrera, cuya organización, todo hay que decirlo, fue impecable, allí estaba yo, en el Puente de Verrazano, a punto de salir y hacer realidad esta gran aventura. Viendo a todo tipo de gentes, con sus ilusiones y sus historias, pero, todos, con un gran objetivo final, llegar a la meta y disfrutar de la gloria. Todos impacientes por salir y correr, kilómetro a kilómetro, la gran carrera, la maratón de las maratones. Unos bailaban al compás de la música, otros masajeaban sus piernas, otros iban deshaciéndose de la ropa de abrigo, que ya empezaba a estorbar e iban depositándola en contenedores destinados a la beneficencia. Yo pertenecía al primer grupo, al de los bailarines, pues era una buena forma de entrar en calor y ya hacía algún tiempo que me había deshecho del chándal.


Suena Frank Sinatra con su New York, New York y los vellos se erizan, los ojos se van inundando poco a poco por la emoción y belleza del momento, la gente se abraza y EMPIEZA LA MARATON.


Se pasa el Puente de Verrazano, me lo tomé con tranquilidad por la dureza del terreno. Al entrar en Brooklyn me voy dando cuenta que había que disfrutar minuto a minuto, que tenía que seguir una táctica algo conservadora, que no quería arriesgar pues llevab unos 5 kilómetros y aún no había llaneado. La gente era increíble, gritaban tu nombre dándote ánimos, te arropaban, te ofrecían comida, agua,..., sentía que todos me iban llevando en volandas hacía delante. En ese momento, decidí hacer de ésta mi mejor carrera, quería disfrutarla segundo a segundo, no quería recordarla como puro sufrimiento, así que me dejé llevar por mi corazón, en el que llevaba a mucha gente que confiaba en mí, y ya todo salió como la seda ( a pesar de mis paradas técnicas...).


Cruzar la línea de meta es ... , no hay palabras para expresar ese sentimiento tan grande, quiero volver a sentirlo y también quiero que lo sientan otros (por aquellos que van a prepararse para la maratón de Sevilla). Os animo porque es algo fantástico, algo que os convertirá en héroes.


Cuando recogí mis pertenencias tuve que andar casi kilómetro y medio para llegar al punto de encuentro con J. Carlos ( se me hicieron más largos que los 195 metros finales de la maratón) y allí estaba él, buscándome entre la multitud para regalarme, una vez más, un abrazo que nunca jamás olvidaré.


Gracias a todos por el cariño que me habéis demostrado, por las horas de entrenamiento que me habéis hecho disfrutar con vuestra compañía, por los nervios que, estoy segura, habéis sufrido también y... Gracias por ser como sois y quiero que sepáis que cada uno de vosotros ha corrido junto a mi, en mi corazón, Km. A Km. Y todos habéis llegado a la meta en Central ParK.

1 comentario:

  1. ENHORABUENA POR TU EXPERIENCIA VIVIDA Y BIENVENIDA AL MUNDO DEL SUFRIMIENTO DEL MARATON.

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