Rosa fue a cantar en Eurovisión y mi compañero Isidoro y yo a correr un Maratón.
Estonia está lejos, lejísimo, transbordos de aviones, esperas en aeropuertos; pero todo se olvida cuando por fin se divisan las Torres de las Iglesias, la del Ayuntamiento y las murallas que rodean a esta ciudad medieval.
El sábado se presenta frío, acudimos a la feria del corredor, recogida del dorsal –personalizado-, camiseta técnica (Nike) y diversos regalos de patrocinadores.
El resto del día lo dedicamos a pasear y a degustar las diferentes clases de cervezas que ofrecían las cartas de los bares y que el viernes no nos dio tiempo.
El domingo, suena el despertador a las 7:30 h, desayuno y calentando hasta la zona delimitada para la salida y así mitigar un poco el frío invernal con el que amanecimos.
A las 9:00 h, salida y nos dirigimos hasta la zona de Pírita, paralela a la costa del Mar Báltico, hasta la Villa Olímpica (fue subsede en las olimpiadas de Moscú 1980), giramos y vuelta a la ciudad, siempre a orillas del mar, la rodeamos entrando por una de las puertas de la muralla llamada “Margarita la Gorda”, pasamos junto a meta y a empezar nuevamente. Dos vueltas de 21km. Completos avituallamientos, cada 2,5 km: pasas, fruta, azúcar, agua e isotónicos y geles en dos puntos.
Tengo el honor de ser el primer español en entrar en meta (no ha sido complicado, éramos solo dos).
Pena al dejar esas tierras, esos paisajes y esas costumbres, que primero nos chocan y enseguida echamos de menos.
Y el año que viene…….
Enhorabuena a los dos, como se notan los entrenamientos de El Madroño.
ResponderEliminarUn salu2.
Poveda.